Que tu mano me hiera mi Señor, que tu mano me hiera,
porque no hay manos de amor como las tuyas
Dios de toda paciencia y consolación.
"Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza,
porque fiel es el que prometió." Hebreos 10.23
Que tu mano me hiera mi Señor, que tu mano me hiera,
porque no hay manos de amor como las tuyas
Dios de toda paciencia y consolación.
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