miércoles, 12 de enero de 2011

¡Poder tu rostro ver precioso Salvador!




"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro."

1 Juan 3.1-3

martes, 4 de enero de 2011

"Recibir a Cristo"

Los que amamos a Jesucristo deseamos ver todas sus enseñanzas sin tergiversaciones o acomodamientos, guardándola tal y cual como Él nos manda. Hoy, en esta publicación, quiero compartir una breve reflexión acerca de lo que significa "recibir a Cristo" según la Escritura.

Conocemos que hoy está de moda la frase "¿Quieres recibir a Cristo?" precedida por una escuálida presentación de lo que realmente es el Evangelio, que exalta más al hombre que a Dios . Ahora, exhorto a mis queridos lectores que no rechacen esta frase sólo porque está siendo explotada de mala manera en nuestros tiempos, ya que realmente nos pertenece como predicadores del glorioso Evangelio de Jesucristo.

Lo explicaré de manera breve y lo veremos en Juan 1.12:

"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios"

En este verso vemos inmediatamente que "recibir a Cristo" significa "creer en su nombre", pero es necesario ver el contexto para completar la idea. El verso 4 dice:

"En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres."

Y el verso 9 agrega:

"Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo."

Al leer que ésta luz "alumbra" al hombre, implícitamente desprendemos que éste se encuentra en oscuridad, pues sería imposible "alumbrar" algo que ya posee luz. Por otro lado vemos la grandiosa afirmación de que esta luz verdadera "venía al mundo".

Podemos resumir entonces, que aquellos "que le recibieron", conocieron que estaban en oscuridad y que sólo Jesucristo podía alumbrarles. Esto es, conocer que no hay luz propia que pueda generar el hombre, es decir que está muerto en sus delitos y pecados (recordemos que "la vida era la luz"), y por otro lado que la luz verdadera vino a este mundo y ésta luz es Jesucristo. Leemos en 2 Corintios 4.6:

"Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo."

Cuando el hombre considera su estado de oscuridad, reconociendo que está en tinieblas(arrepentimiento) y cree en Cristo como la única luz verdadera, conociendo que esta luz vino al mundo para alumbrarle(fe), este hombre ha recibido a Cristo.

Comparto esto, porque muchos en nuestro celo por proclamar el verdadero Evangelio, damos la espalda a algunas terminologías siendo contestatarios en nuestra respuesta ante el error, más bien tomemos la espada de la Verdad y extirpemos minuciosamente el error, no nos restemos de lo maravilloso de la palabra de Dios. ¡Alégrense de tener tal luz!


"Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor." Efesios 5.9,10

 
 
Copyright © Sinfluctuar
Blogger Theme by BloggerThemes Design by Diovo.com