lunes, 9 de agosto de 2010

Cristo

"Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna 
sino a Jesucristo, y a éste crucificado."

(1 Corintios 2.2)

Y tú querido lector ¿qué te has propuesto saber hoy?

martes, 3 de agosto de 2010

La Verdad

(La siguiente reflexión contiene conceptos matemáticos, 

 ruego disculpar si esto no agrada mucho)


Ayer en la clase de geometría mi profesor explicaba la diferencia entre un axioma y una verdad, dio un ejemplo como el siguiente:

"El axioma de congruencia dice que dos triángulos son congruentes (calza uno con otro) si tienen dos lados del mismo tamaño e igual ángulo que estos forman. "

Luego agregó:

"Dile a un niño de 6 años que su galleta triangular es más grande que la de su hermano por el axioma de congruencia... nada entenderá. Él preferirá tomar ambas galletas y poner una encima de otra para probar si son iguales, así comprobará esta verdad."


Yo me preguntaba, hasta que punto hemos llevado la Palabra de Dios a una mera relación lógica con propuestos axiomáticos. La verdad es práctica. Si resumimos a Dios en un par de frases que satisfacen nuestra intelecto ¿cuándo caminaremos por fe?¿cómo creceremos en la gracia?¿cómo conoceremos a Dios?

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos; 
Y ve si hay en mí camino de perversidad, 
Y guíame en el camino eterno.

(Salmos 139.23,24)


Que volvamos siempre a Dios para pedir dirección y buscarle de la manera correcta. Medite, atesore en su corazón, que Su Palabra sea útil y eficaz para su vida.

!Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! 
!Cuán grande es la suma de ellos!

(Salmos 139.27)


Sin duda el conocimiento envanece, pero una relación íntima con Cristo vivifica el alma. Perdona nuestra actitud hacia tu Palabra, ten misericordia y enmienda nuestros pasos. Enséñanos cada día más de tu Hijo. Amén.

domingo, 1 de agosto de 2010

Vino palabra de Dios a mí


"Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo" (Jeremías 1.4)

Te preguntarás querido lector: "¿Qué dijo Dios a Jeremías?", esta respuesta la desarrollaremos en las próximas publicaciones. Sin duda dejar el texto ahí sería un crimen a la curiosidad, pero nos permitirá reflexionar acerca del papel de Dios como Emisor del mensaje.

Ahora, a modo de introducción a esta pequeña serie quiero hacer unas preguntas al creyente, que se desprenden del texto:

  • ¿Tienes una biblia?
  • ¿Cuánto ha sido tu esfuerzo por obtenerla?
  • ¿La consideras como la palabra de Dios?
  • ¿Crees realmente que es útil para transformar tu vida?
  • ¿La lees de forma constante?

Si tienes una biblia quiero que veas como el mensaje de Dios ya "vino" a ti, pues el texto dice "Vino, pues, palabra de Jehová a mi". Ya está a tu alcance, puede que haya sido un obsequio o adquirida por una cantidad de dinero incomparable al valor del precioso mensaje contenido en ella, de una u otra forma ya ha venido a ti.

Sin duda lo has experimentado, recuerda cuando Dios "vino" a ti con su Evangelio por medio algún siervo. Piensa en cómo te maravillas en la persona de Cristo (el Verbo) porque Él "vino" a salvarte de tu condición de pecador. El texto no contiene una promesa, más bien declara con seguridad un hecho porque "vino a mí", así también ha venido a ti.

La seguridad del mensaje está puesta en la autoridad del emisor, Dios mismo, pues el texto dice "Vino, pues, palabra de Jehová a mi". Debemos siempre recordar y tener presente que es Dios mismo hablando a nuestras vidas. Vemos ejemplo de esto en tesalonicenses los cuales recibieron la palabra "según es en verdad" o sea como "la palabra de Dios" (1 Tes 2.13).

Cuando escuchas la radio y oyes al locutor, nada te hace dudar de que este esté tras el micrófono, aunque no le puedas ver, asimismo es necesario que la palabra de Dios sea atesorada con fe en tu corazón aunque no puedas ver a Dios, para que a través de su Espíritu seas enseñado.

La verdad ha venido hasta a ti, recíbela y abrazala pues ha venido de Dios y por Dios es enseñada. No hay contradicciones en ella, debe ser nuestra autoridad de vida, tu mayor tesoro.

Quien ha encontrado un tesoro, sin duda tomará su parte y luego repartirá a los suyos. Cuando la palabra de Dios es leída es necesario tener la paciencia de tomar para sí mismo primero, pues el texto dice "Vino, pues, palabra de Jehová a mi". Si bien el profeta tendría que dar el mensaje luego, la palabra primero vino a él. No fue un canal muerto, sino que se alimentó de ella. No pienses todo el tiempo que lo que lees es para tu hermano y no para ti.

"Toda la Escritura inspirada por Dios, y útil"(2 Tim 3.16), no hay cosa en ella que no sirva para moldearte a la semejanza de Cristo. Tómala y aplícala, esto te llevará a conocer a Dios, para que sepas lo que Él te ha dado y te aferres a sus promesas. Compártela en amor y serás de edificación para tus hermanos.

La comida, nuestro alimento, nos da fuerzas para el día, nos da los nutrientes para crecer, nos proporciona las defensas ante las enfermedades e incluso nos deleita con su sabor si está bien preparada, no pasarías un día sin comer si tuvieres para hacerlo. Así la palabra de Dios debe ser tu alimento espiritual, pero ¿has pensado cuán ciegos somos cuando no nos alimentamos de ella? ¿cómo podrás soportar las pruebas sin fuerzas? ¿cómo podrás defenderte si no estás bien alimentado? ¿cómo crecerás espiritualmente si no tienes los nutrientes de Dios? Pregúntate si te estás sentando a la mesa cada día a comer el banquete que Dios prepara para ti.



Esta es una invitación a alimentarte cada día de la biblia pidiendo dirección a Dios en oración, para que tu también puedas decir "vino, pues, palabra de Dios a mi" y estés siempre alimentado. Si te sientes débil como para comenzar a caminar, confía en que las fuerzas no serán tuyas sino de Dios, Él te levantará si has caído, no te dejes vencer.

Si ya estás alimentándote de la Palabra de Dios te invito a guardarla, meditarla y ponerla por obra, nunca pienses que no es suficiente para tu vida pues no es así. No se come en exceso sin hacer el respectivo ejercicio para que el cuerpo no se atrofie. Asimismo recuerda que si sigues a Cristo debes "IR" y predicar el Evangelio. Comparte el mensaje por el cual vives, quizás puedas regalar una biblia a un nuevo creyente o compartir lo que Dios ha hecho en tu vida, así otro dirá "vino, pues, palabra de Dios a mi".

Dios mira tu corazón dispuesto a obedecer su palabra, a su momento darás fruto si esperas en Él.


Los ciervos braman por las corrientes de la aguas, así clame nuestra alma por conocerte. Si estuviéremos débiles bríndanos las fuerzas, si estuviéremos firmes en pie bríndanos la sabiduría y prudencia. Permite que podamos aprender cada día de tu Hijo Jesucristo. Amén.

Cristo es todo

Querido lector, hoy leyendo una carta de John McCarthy a su amigo Hudson Taylor, un misionero del siglo XIX al interior de China, algo caló profundo en mi corazón, quiero compartirlo contigo:

"Recibir al Señor Jesús es iniciar la santidad; venerar al Señor Jesús es acrecentar la santidad; entregarse por completo al Señor Jesús es llegar a la cima de la santidad."


Esto me llevó a recordar:

"pues la voluntad de Dios es vuestra santificación"
1 Tesalonicenses 4.3


Gracias doy a Dios por el privilegio de conocer a Jesús. Me declaro ignorante ante su infinita persona pero algo sé: me ha llamado a seguirle y su voluntad es mi semejanza a Él.
Sea esa tu paz y motivación máxima querido lector, que Cristo Jesús sea tu todo en todo. Entrega tu vida a Él, se obediente y reposa en el Hijo de Dios. Amén.
 
 
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